Este, es un tema bastante comentado en Circula Seguro pero que de nuevo he querido sacar a la palestra por tratarse de una nueva noticia sobre los radares como protagonistas. Se trata ni más ni menos de la efectividad del radar a la hora de prevenir la siniestralidad vial.
Ya hubo, toda una investigación con tesis incluida y dada a conocer en una de las sesiones técnicas del entonces Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, donde se afirmaba que los radares son más efectivos a la hora de prevenir accidentes de tráfico en las vías con mayor velocidad que en los tramos de carreteras con menor velocidad o que estén regulados por semáforos.
Se argumentaba sobre el uso del radar como una de las medidas efectivas para la seguridad vial. Ahora se vuelve a retomar el asunto pero con miras a los puntos negros y carreteras secundarias. Por tanto, los sistemas de control de velocidad seguirán existiendo pero ¿dónde serán más efectivos?
La velocidad agrava las consecuencias
Ya sabemos que la velocidad excesiva es un factor concurrente y agravante en la severidad y magnitud de la mayoría de los accidentes de circulación que se producen en nuestra vías. De hecho, está presente en un apreciable porcentaje de ellos que se eleva cuando se trata de accidentes mortales. Además de su incidencia en la seguridad vial, influye de manera considerable sobre el medioambiente, en el consumo de combustible y en la calidad de vida.
Por otro lado, se ha dicho mucho sobre los sistemas de control de velocidad: Previenen los excesos de velocidad de infractores, reducen los accidentes con lesiones y el número de conflictos viales para justificar la presencia de los radares por nuestras ciudades y carreteras. Pero habría que tener en cuenta otras medidas también efectivas, tales como las que tienen en cuenta factores relacionados con el vehículo o la infraestructuras.
Pues sí, y con esto último totalmente de acuerdo. No cabe duda de que las medidas encaminadas a una mejor seguridad vial, no pueden pasar por alto las relacionadas con la vía y su entorno como son las acciones preventivas y paliativas, además de la mejora en seguridad activa y pasivaacorde con las nuevas tecnologías en la fabricación de vehículos. Ya no vende más el coche que más corre sino más bien, el más seguro.
Puntos conflictivos o puntos negros
Ni que decir tiene, el hecho de identificar los puntos conflictivos para evitar tropezar dos veces con la misma piedra, como se suele decir. Es importante, no sólo reconocer que existen puntos negros en nuestra red vial, sino también reducir en la medida de lo posible los tramos conflictivos con una buena señalización para informar a los conductores.
Se ha comentado también que desde hace tiempo ha habido un cambio de tendencia en la seguridad vial en España, y no digamos, sobre la conciención social, la aprobación del permiso por puntos, la criminalización de algunas conductas en el Código Penal y también gracias a los medios de comunicación, como las campañas de Ponle Freno, han sido un claro ejemplo.
Sin embargo, la medida sobre la instalación de radares, según cómo se mire, puede confundir al ciudadano de a pie si no se dice con total transparencia la funcionalidad más que la rentabilidad de un dispositivo diseñado, en principio, para controlar al usuario. En clave de prevenir más que de curar, no puede existir contradicción sobre la conveniencia o no del uso de radares dependiendo de la calidad de la carretera, sino más bien, buscar la solución sobre las carreteras identificadas como de mayor riesgo, si queremos evitar que sigan produciéndose siniestros en un punto determinado.
En Ponle Freno, con su propuesta, están al corriente sobre el uso de los radares como fin para salvar vidas. Si quieres, puedes unirte… ¿qué opinas?