El pasado viernes, el Consejo de Ministros dio a conocer, mediante un Real Decreto, la aprobación de la implantación de sistemas inteligentes de transporte en el sector del transporte por carretera. Dicho así, parece que adelantamos algo, pero me temo que no, ya que éste real decreto lo que nos viene a decir, y por cierto tarde, lo mismo que se dice en la Directiva 2010/40/UE del Parlamento Europeo.
Es decir, no se pone una fecha concreta para aplicar las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones en el ámbito del transporte por carretera, entre otras cuestiones, por encontrarse pendiente la aprobación definitiva de los sistemas válidos a utilizar y la manera de establecerlos de forma coordinada entre todos los países europeos.
En Circula Seguro, desde sus comienzos, hemos comentado y mucho sobre la conveniencia de los sistemas de seguridad electrónica incorporados al automóvil como medida de seguridad pasiva yterciaria. Desde entonces, hemos tenido la oportunidad de ser los primeros en aplicar una medida que aporta grandes beneficios en pro de una mejor seguridad vial. Vamos a verlos.
El sistema de emergencia e-call como protagonista
Para empezar, no hace falta decir que la idea es buena. Se trata de utilizar las tecnologías de información y comunicación para hacer el transporte más seguro, más limpio, reducir la congestión del tráfico y la contaminación. Por eso, cuando se habla de sistemas inteligentes de transporte, como por ejemplo, los sistemas electrónicos de peaje en las autopistas, GPS, sistemas de supervisión de tráfico y sistemas de alerta automáticos, como el e-call, que alerta a los servicios de emergencia en los casos de sufrir un incidente vial, son avances y oportunidades para una mayor eficiencia en las redes de transporte.
Este último puede ser el ejemplo más relevante por su repercusión directa en la seguridad vial. Un avance tecnológico sobre la seguridad pasiva del vehículo y terciaria, tanto en cuanto, se intenta evitar que los efectos de un accidente se agraven después de haberse producido. Un sistema que de incorporarse de fábrica en todos los vehículos podría salvar muchas vidas. Esa es la idea y el mensaje del vídeo que desde hace tiempo puede verse a través de You Tube:
Sistemas de seguridad que salvan vidas
Viene a decir, que en caso de producirse una emergencia o accidente, un sensor incorporado, por ejemplo, al desplegarse el airbag, activará un mecanismo que a través de la telefonía móvil enviará, automáticamente y sin intervención humana, los datos del vehículo y su ubicación geográfica al Centro de Emergencias 112. De esa manera, se podrá activar de forma inmediata los servicios de asistencia sanitaria, policía, bomberos, etcétera. Hay que recordar que el retraso en el rescate de personas en estado crítico puede suponer unas secuelas importantes en los casos de traumatismos graves que requieren una estabilización urgente y como suele decirse: el tiempo es vital.
Además, al actuar con mayor prontitud se podrán adoptar medidas para reducir la duración y la longitud de las retenciones que sufren el resto de los usuarios, con el consiguiente ahorro de tiempo que también supone ahorrar dinero. Y, por último, al disminuir el número de vehículos afectados por el atasco y la duración de éste, se evita el incremento de emisiones contaminantes añadidas generadas por aquellos. Un cúmulo de beneficios que lejos de la ficción, como planteaba al principio, podemos hacer realidad si conseguimos llevar adelante estos grandes avances.
Sobre los sistemas de seguridad, recordando la historia de la seguridad vial, año por año, que equipan los vehículos, han ido mejorando con el paso del tiempo. El problema radica en que dichos avances tardan mucho en implantarse posiblemente por la falta de coordinación entre la innovación, de uno sólo y los intereses de muchos, incluyendo también aquí, la compleja maquinaria legislativa. Por ejemplo, el cinturón de seguridad de tres puntos creado por Nils Bohlin en 1959, no fue obligatorio su uso hasta el año 1992 en España. Es decir, desde su creación, tardó más de 30 años en reconocerse dicho dispositivo como una medida de seguridad pasiva obligatoria en los ocupantes de turismos.
Por tanto, no hagamos lo mismo con estos sistemas inteligentes de transporte, y otros inventos que van surgiendo, cuando sabemos de sobra que pueden salvar vidas, ¿no os parece?