No pretendo abrir un debate sobre la forma de conducir que tiene un conductor de camión profesional y un conductor de bicicleta, que puede ser cualquiera. Máxime, cuando el ciclismo está orientado al ocio dentro de nuestra libertad de movimiento y que nada tiene que ver con el transporte de mercancías. Pero como ambos vehículos, queramos o no, a pesar de la diferencia de masas, pueden compartir el mismo escenario, no viene mal recordar algunas normas básicas con ocasión del tráfico, de convivencia para evitar conflictos entre ambos vehículos y escoger la mejor opción.
Creo, que la cuestión radica principalmente en distinguir o diferenciar los conceptos de profesión y afición. Uno, está realizando un servicio o tiene un cometido especializado de trabajo y el otro participa en una afición fuera de la jornada laboral o en su tiempo libre. Por otro lado, tienen en común, el hecho de que pueden utilizar y compartir la vía pública en algún momento y zona determinada. Es decir, pueden ser coincidentes por el entorno, salvo en algunas excepciones. Sin embargo, si miramos por la seguridad vial de unos y otros, siempre sale a relucir la vulnerabilidad. Pero…¿y la responsabilidad?
Si nos quedamos detrás vemos mejor
Si observamos con detenimiento el vídeo de menos de un minuto de duración, sin sonido, tal y como me lo he bajado de You Tube; ninguno de los ciclistas que se encuentran a lo largo del lateral izquierdo del camión son visibles desde el asiento del conductor. Ustedes dirán: bueno, el camión es inglés y por tanto la ocupación del carril según la forma de conducir en el Reino Unido, hay que tenerla en cuenta. De acuerdo, pero esa explicación no es suficiente para entender el riesgo que existe si circulamos en paralelo junto a otros vehículos de grandes dimensiones como es el caso que nos ocupa.
No sólo eso, los puntos ciegos no visibles a través de los espejos retrovisores son para tenerlos en cuenta, y el ciclista: el primero; sobre todo, en las proximidades de intersecciones y en la maniobras de cambio de dirección. Además, la maniobra de giro de un vehículo articulado es, por decirlo de alguna manera, más compleja que la de un camión rígido. Por cierto, cuando hablamos de algunas de las tecnologías premiadas por EuroNCAP, salió a relucir el sistema de control de vehículos sobre los ángulos o puntos ciegos presentado por la marca Mazda. Pues bien, no estaría de más, que dicho dispositivo fuese implantado también en camiones para evitar estas situaciones de riesgo.
Algunos consejos para evitar riesgos
Al hilo de las imágenes del vídeo que vimos anteriormente, puede ocurrir, independientemente de donde se encuentre el asiento del conductor dentro de la cabina del camión, que el giro o cambio de dirección por parte del conductor, en casco urbano, sea para la derecha, con lo cual, nos encontramos con el mismo problema. Es decir, la visibilidad puede ser nula por muchos espejos retrovisores exteriores que se tengan en el lado del conductor. Por consiguiente, para no descubrir la vulnerabilidad que tienen los vehículos de dos ruedas ante las colisiones laterales o atropellos en los que interviene un camión y evitar discusiones sobre la responsabilidad de unos y otros, paso a citaros algunos consejos que pueden servir para ciclistas y conductores:
- Reconocer los ángulos muertos que tienen los camiones a su alrededor, al igual que los turismos, tanto si circulan por vía urbana como interurbana, ya que hacen difícil visualizar la presencia de vehículos de dos ruedas. A esto, añado, la posición de la cabina del camión y el asiento del conductor que imposibilita ver las zonas inferiores. Así como también la ausencia de ruido, en parte, anulado por las características de un vehículo de grandes dimensiones. Recordando algunas técnicas sobre: ver y ser vistos, hablábamos también de la estatura de un menor como factor de riesgo. Pues bien, la altura también influye, por la nueva situación, sólo conocida por el conductor de un camión o autobús.
- Respetar la distancia de seguridad en vía interurbana, sin adelantarnos a la reglamentación específica sobre la circulación de bicicletas, y que modificará la normativa actual, esperemos que se incluyan medidas preventivas en cuanto a la circulación por vía interurbana, la compatibilidad con el resto de vehículos y peatones en zona urbana. Ya lo vimos en su momento cuando hablábamos de la separación lateral y sin entrar en detalles, está muy claro. Por carretera cuando se adelante a peatones, animales o a vehículos de dos ruedas o de tracción animal, la separación lateral no será inferior a 150 centímetros. Sin embargo, si circulamos por ciudad con cualquier vehículo y pretendemos adelantar a otro vehículo tenemos que guardar una separación lateral proporcional a la velocidad y a las características de la calzada.
- Anticiparse a las maniobras de los demás, sobre todo, del vehículo que nos precede o está a nuestro lado dispuesto a girar o cambiar de dirección. Situación que requiere tomar una postura dominante, es decir, si vamos detrás como ciclistas, las ruedas delanteras del camión nos pueden indicar la trayectoria del mismo. También, si es posible ver al conductor del vehículo que circula próximo y vemos el movimiento de su cabeza puede que nos indique la maniobra que quiere realizar sobre todo cuando circulamos próximos a intersecciones de avenidas, cruces o zonas semafóricas, donde los carriles son utilizados según el destino y elegidos a criterio del conductor.
- Elegir la zona más segura si circulamos en paralelo o vamos a realizar un adelantamiento. Esto es, hay que tener en cuenta que la zona de riesgo puede ser la longitud total del camión. En el caso de tratarse de un camión rígido, las ruedas delanteras indicarán la dirección del vehículo. Si se trata de un vehículo articulado, la cabeza tractora además de arrastrar al semirremolque, en los giros nos indicará la dirección. Sin embargo, al circular en paralelo, ambos vehículos se comportan igual, es decir, los desplazamientos laterales se producen como si fueran una sola unidad de tráfico. En casco urbano, los conductores de vehículos de grandes dimensiones calculan las distancias en relación a las posibilidades de maniobrabilidad. Por tanto, tenemos que prever que la atención del conductor irá dirigida hacia los bordillos y posibles obstáculos en detrimento de la observación hacia otros vehículos, no tan visibles, como son las bicicletas.
Como conclusión:
- Si eres ciclista hazte ver y respeta la misma distancia de seguridad que quieres para ti. Ponte en el lugar del conductor del camión.
- Si eres conductor de un camión señaliza y observa con antelación y precaución cualquier maniobra que implique un desplazamiento. Ponte en el lugar del ciclista.
No merece la pena arriesgar nuestra vida al intentar adelantar en una intersección a un vehículo de grandes dimensiones, sin antes comprobar que podemos realizar la maniobra con seguridad. Igualmente ocurre, si vemos que el vehículo que nos precede ha iniciado un giro, un cambio de dirección o va más lento por la dificultad de maniobra. Ya lo dice un refrán popular: ‘Las prisas no son buenas consejeras’